miércoles, 27 de noviembre de 2013

VALPARAISO, ¡QUE TRISTEZA MAS GRANDE!



La semana recién pasada fueron tres golpes secos a Valparaíso y a la mayoría de los porteños bien nacidos. Cuando pensamos que ya no habrían más males acechando la ciudad, cuando creiamos ingenuamente que nada más perverso y dañino se le puede hacer a nuestro maltratado puerto, aparece otro estoque que nunca parece ser el último. 

Nos enteramos con espanto que se ha aprobado un gigantesco proyecto inmobiliario en pleno parque urbano del Barrio O´Higgins que perteneció a la empresa Chilena de Tabacos y al Jardín Suizo Pümpin, hermoso pulmón verde de Valparaíso de más de 6 hectáreas donde se pretende construir 26 edificios de entre 4 y 11 pisos y la instalación de cerca de 900 estacionamientos, un centro comercial y un supermercado. Es decir, el paquete completo de estupidez, vulgaridad e ignorancia fomentando el conventillo-retail disfrazado de condominio elegante y moderno. En vez de pensar el lugar para recuperar un gran parque urbano o en un bello jardín botánico para disfrutar un paisaje natural que genere paseos, encuentro y alegría para los ciudadanos, se entrega lo mejor de nuestra geografía a una inmobiliaria para hacer negocio, para terminar con un gran área verde, para seguir haciéndole creer a los porteños que la felicidad está en los supermercados, en las grandes tiendas y en los autos. Todos endeudados, todos encementados, todos atontados llenando los bolsillos de los grandes empresarios ligados al retail y las inmobiliarias, sin contar con las penosas consecuencias en el impacto vial y social que traerá al sector.

Luego nos encontramos con la sorpresa que de un día para otro apareciera una especie de baranda para hacer saltos y piruetas que practican los skaters frente a la Biblioteca Severín. Peor aún la confirmación de que esta instalación fue ejecutada por los propios jovenes sin autorización alguna, es decir, como el municipio se comprometió hace muchos años a implementar un skate park y no lo ha cumplido, entonces ellos se tomaron la atribución de hacerlo “a su pinta” y ya está. Demás está decir que el sector es zona de monumentos nacionales y que el propio Secretario Comunal de Planificación de la Municipalidad de Valparaíso, Luis Parot, declaró que en realidad los “cabros se habían adelantado un poco, pero que la cosa no es rasca y está bien hecha”. Sobran los comentarios ante tan poco afortunadas declaraciones de parte de una autoridad municipal que da cuenta del nivel para pensar y resolver los temas urbanos de la ciudad. Por lo tanto no es de extrañar  que el organizador del Carnaval de los Mil Tambores que tiene denegada la autorización para la realización de su evento, con toda razón, se sienta con total derecho a decir que lo harán igual con o sin permiso, ¿qué tal?


Y para terminar tan golpeada semana, la Corte de Apelaciones de Valparaíso rechazó en forma unánime una orden de no innnovar que pretendía paralizar las obras del Mall Plaza Barón porque la edificación cumple con los aspectos legales requeridos para su ejecución. Hace pocos días se dio a conocer una encuesta realizada por la PUCV en donde se da cuenta que un 65% de los porteños está en contra de dicho proyecto. También conocimos declaraciones del Alcalde Jorge Castro en donde manifiesta abiertamente, para sorpresa de muchos, que Mall Plaza habría engañado al municipio ofreciendo un proyecto que incluía acuario, anfiteatro y una marina en el sector, edificaciones que no se contemplaron en la presentación para aprobación en la Dirección de Obras Municipales.
NO AL MALL BARON

Es decir, estamos frente a la confirmación más evidente de lo mal que se siguen haciendo las cosas en Valparaíso y como una pésima gestión municipal se convierte finalmente en el peligro más grande para el desarrollo y protección de nuestra ciudad. Es una ironía entonces que nuestro actual alcalde forme parte de la nueva Asociación Nacional de Ciudades Puerto y Borde Costero, un edil que no protege a Valparaíso ni como ciudad puerto ni menos aún, su borde costero.

Hace unos años atrás, Cristián Warnken escribió: “Estamos a la deriva, como a la deriva está todo lo que tiene valor en este país, flotando en un mar de indiferencia, negligencia, descuido y vejación. Valparaíso ha sido vejado por un estado centralista impávido y olímpico, pero también por muchas de sus propias autoridades negligentes y transversalmente corruptas.”

No seamos cómplices ni observadores pasivos de este derrumbe ético y estético de Valparaíso, es  el momento de concretar nuestra participación ciudadana que nos reclama con urgencia hace ya demasiado tiempo.


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